Cuaderno de Notas Importantes
En los años de 1931 a 1937 los maestros de la época enseñaban a leer y escribir a los niños utilizando conocidos poemas y famosos versos. Les hacían dictados en los que a la vez que aprendían a escribir obtenían algún sabio consejo o enseñanza. En aquella época los consejos morales y de recta conducta siempre estaban dictados por la moral católica predominante. | |
Don Vicente Martínez de la Cruz, más conocido como "Vicentillo", nacido en Cobos de Cerrato el 30 de Septiembre de 1925, conserva todavía hoy (año 2013) (87 años de edad) copia de algunos de esos versos que le fueron legados como enseñanzas y que tiene en gran estima porque en apenas seis años de escolarización aprendió a leer y escribir sobre "bonitas y prácticas enseñanzas". Esta página muestra algunas de esos escritos: |
Ayer, mamita,
- Gabriel Fernández - |
- Antonio de Trueba y de la Quintana - |
A una mujer de la vida Quise hacerla comprender ¿No comprendes le decía ¿No comprendes mujer loca Estima tus pocos años
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Por la calle la justicia Vives en la sociedad Aspiras malos alientos Y disfrutan de tu cuerpo ¿No te da pena eso Si no puedes conseguir
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¡Tengo yo un ángel tan bello! Junto a la cuna yo miro En su rostro angelical Venid, en su boca vierte ¿No veis con qué gracia va
| Tiene poco más de un año... Mirándola estoy dormida, ¡Hermosa niña! ¡Qué suerte Es un ángel de hermosura ¡Con qué indefinible anhelo Más bajo... no habléis tan fuerte; |
Vivir en el campo, en pleno campo Vivir allá lejos, en la labranza, en la Libre como la cigüeña blanca y negra que Libre como las alondras; como el grillo inocente que canta por
cantar. |
Estando yo en la mi choza Vide venir siete lobos —¡Aquí, mis siete cachorros, |
Los perros tras de la loba las uñas se desmigajaban; siete leguas la corrieron por unas sierras muy agrias. Al subir un cotarrito la loba ya va cansada: —Tomad, perros, la borrega, sana y buena como estaba. —No queremos la borrega, de tu boca alobadada, que queremos tu pelleja pa' el pastor una zamarra; El rabo para correas, para atacarse las bragas; de la cabeza un zurrón, para meter las cucharas; las tripas para vihuelas para que bailen las damas. Anónimo |
Vida frugal, ¿para qué entonces tantas |
El trabajo es ley forzosa; Lo mismo el que ara la tierra ¡Bendito el trabajo sea! |
Yo quiero un pueblo que alegre Yo quiero a un pueblo que crea Yo quiero un pueblo que cante Quiero un pueblo noble y bravo, Quiero un pueblo que enamore Quiero un pueblo que trabaje |
Quiero un pueblo con labranza, Quiero un pueblo con ciudades, Quiero un pueblo de aptitudes Pueblo, en fin, con las ventajas Sin viles pasiones bajas, con muchísimas escuelas José Zorrilla |
¡Con qué placer el labrador honrado ¡Con qué placer el navegante osado ¡Con qué placer absorben los rosales Manuel del Palacio |
Margarita está linda la mar, y el viento, lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar; tu acento: Margarita, te voy a contar un cuento: Esto era un rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha de día y un rebaño de elefantes, un kiosco de malaquita, un gran manto de tisú, y una gentil princesita, tan bonita, Margarita, tan bonita, como tú. Una tarde, la princesa vio una estrella aparecer; la princesa era traviesa y la quiso ir a coger. La quería para hacerla decorar un prendedor, con un verso y una perla y una pluma y una flor. Las princesas primorosas se parecen mucho a ti: cortan lirios, cortan rosas, cortan astros. Son así. Pues se fue la niña bella, bajo el cielo y sobre el mar, a cortar la blanca estrella que la hacía suspirar. Y siguió camino arriba, por la luna y más allá; más lo malo es que ella iba sin permiso de papá. Cuando estuvo ya de vuelta de los parques del Señor, se miraba toda envuelta en un dulce resplandor. Y el rey dijo: «¿Qué te has hecho? te he buscado y no te hallé; y ¿qué tienes en el pecho que encendido se te ve?». |
La princesa no mentía. Y así, dijo la verdad: «Fui a cortar la estrella mía a la azul inmensidad». Y el rey clama: «¿No te he dicho que el azul no hay que cortar?. ¡Qué locura!, ¡Qué capricho!... El Señor se va a enojar». Y ella dice: «No hubo intento; yo me fui no sé por qué. Por las olas por el viento fui a la estrella y la corté». Y el papá dice enojado: «Un castigo has de tener: vuelve al cielo y lo robado vas ahora a devolver». La princesa se entristece por su dulce flor de luz, cuando entonces aparece sonriendo el Buen Jesús. Y así dice: «En mis campiñas esa rosa le ofrecí; son mis flores de las niñas que al soñar piensan en mí». Viste el rey pompas brillantes, y luego hace desfilar cuatrocientos elefantes a la orilla de la mar. La princesita está bella, pues ya tiene el prendedor en que lucen, con la estrella, verso, perla, pluma y flor. Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar: tu aliento. Ya que lejos de mí vas a estar, guarda, niña, un gentil pensamiento al que un día te quiso contar un cuento. Rubén Darío |
Da gusto ver los sembrados en primavera. Cada trigal es como verde sábana. Los tallos, color esmeralda, se mueven, a veces impulsados por el viento. Entonces en el trigal, hácense olas, igual que si fuera el mar. Mar de los trigales en primavera. Mar de la llanura, rasa, ancha, infinita como un Océano. Verdes trigales en primavera. Y entre ellos el rojo vivo de las
anchas amapolas. Verdura de terciopelo de los llanos sembrados. Y entre
ellos las chispas de oro, amarillas sutiles, finas, de los dulces
"zapatitos de Jesús". Luego viene el verano. La verdura hácese oro. Y el trigal se vuelve rubio y las espigas se hinchan generosas. En vez del grillo canta la cigarra. Y en vez del olor femenino y amable de tanta florecilla inocente, huele a madurez, a botánica reseca, a fruto y a premio. Y hay que segar. La rubia melena de los sembrados ya maduros espera. Van llegando las hoces. ¡Ris, ras. Ris, ras! Pero siguen incansables los segadores. Ris, ras, Ris, ras! Sol, fatiga, sudor. Nada los detiene. Todo es silencio. solo se oye el sonar de la hoz. Ris, ras, Ris, ras. Brillan las hoces igual que espadas, igual que yunques. Nada los detiene. Segar, segar. También las mujeres, recias, descalzas, varoniles - siegan. Segador: en tí descansa todo. Segador: tu hoz lo alza todo. Tu sudor no es nunca bastante agradecido.
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Y otra vez a coger con los bieldos. Y otra vez a dar el aire a la mies mezclada. Da alegría este ver limpiarse el grano: rojo candeal, obscuro centeno, cebada rubia , sutil avena liviana, luego, en fin, el esmero cuidado de la criba ; y los montones, y los costales blancos, llenos y esbeltos; felices como una esperanza que ya ha llegado. Toda la era - en este caer de la tarde - se vuelve sonrisa acogedora. Mil afanes de la era. Ir y venir. Son - para el labriego - instantes de plenitud. Todo asoma allí felicidad. Hay gallinitas inquietas, y a veces palomas. Y golondrinas que vuelan y pían. Y el buen mastín guardador. Luego en el atardecer vienen las mujeres con la vianda gustosa. Y
antes de que la noche llegue, júntanse todos - ellas y ellos - y
cenan y se alegran con alegría que nadie sabe.
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En 1946, con 21 años, Vicentillo partió de Palencia hacia África para
realizar la Mili obligatoria que debía durar 2 años y medio (30 meses). Tardó
15 horas en llegar hasta el Zoco el Had de
Beni Sicar ("El Had Beni Chiker"),
cerca de Melilla, donde pasó la mili en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas
del Rif Nº 8.
Estando en aquel destino aprendió una bonita Plegaria que no ha olvidado: Los
Tres Amores
Dios te salve, Maria, reina y Madre, dulzura, vida y esperanza nuestra. Ruegan a ti los tristes hijos de Eva. Misericordia! Misericordia! Misericordia! A vos señora, la santa Virgen, luz de quien toma su luz el sol; la flor divina de la montana, reina del cielo, Madre de Dios. A vos señora, mi alma, mis sueños, mis esperanzas, mi corazón, cuanto mi vida tiene de vida, cuanto mi pecho tiene de amor. Cuando a mi llegue la hora suprema, Madre sin mancha del Redentor. Haced que entonces, santa Madonna, antes que cierre mis ojos Dios. Haced que vea de luz rodeados y entre los tules del arrebol los tres divinos fieles amigos, los tres amores que ángeles son. Los tres amores que Dios me dio. Amor al hombre, Amor de Patria, Amor de Patria y amor de Dios. |
A un peral una piedra Las almas nobles
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Enseñanzas Generales (Educación para la ciudadanía de la época)
Hay que tener en cuenta que en esa época la Iglesia Católica mantenía su influencia en todos los ámbitos, sobre todo en la educación moral.
Deberes Físicos Son deberes físicos los que tenemos para con nuestro cuerpo, como conservar la salud, evitar todas las circunstancias que la puedan perjudicar. ¿Cómo se conserva la salud? Se conserva la salud cuidando el aseo de nuestro cuerpo y mediante la templanza de comer y beber Las tres reglas fundamentales de urbanidad comprenden tres fines: El primer fin comprende nuestros deberes para con
Dios.
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Enseñanzas Morales y de Religión
Dios es el autor de nuestra vida; A nadie debemos amar más que a Dios con justicia, respeto y veneración. El amor a Dios es grandeza y el reverenciarle, humildad. El hombre es un ser racional y debe relacionarse con sus semejantes haciéndose digno de la supremacía que Dios le ha concedido. |
Es intentar hacer hombres perfectos, con la perfección que cuadra a su
doble naturaleza, espiritual y corporal, en relación con su doble
destino, temporal y eterno. La educación tiene por base y fundamento la naturaleza del educando; y al hombre y a la naturaleza humana no se la reemplaza, sustituye si desobedece, sino que se la respeta, dirige y perfecciona. |
El honor es patrimonio del alma y el alma es solo de Dios. Tenemos que ayudarnos para que todos podamos disfrutar de las cosas buenas de la vida. Donde hay amor y caridad allí está Dios. En el mundo no hay más que dos banderas: La bandera de Cristo y la bandera de sus enemigos. Nadie puede permanecer neutral e indiferente. Una sociedad sin leyes no puede existir . El egoísmo engendra injusticia como la podredumbre engendra los gusanos. Por tanto el hombre necesita leyes que estén supeditadas a la ley divina, basadas en : Fraternidad , Solidaridad y Amor. La sobriedad o templanza es la mejor práctica para conservar la salud. El que honra a su padre tendrá larga vida y el que ama a su madre acumula tesoros! Dichoso el que teme al señor y sigue sus caminos. Las Riquezas mal empleadas son cebo del orgullo, fuente de libertinaje, sostenes de la vanidad, autoras de todos los vicios. Bien empleadas: solución de muchos problemas. El Trabajo es Virtud y la ociosidad madre de todos los vicios. La Autoridad no se refuerza con el castigo, más bien al contrario: se degrada. Hay operaciones oficiales Confusas, Difusas y Opacas. Hay que pedir Transparencia. El Elogio es la autopista del engaño. |
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